miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA ULTIMA BATALLA DE LOS ASTURES

LA ULTIMA BATALLA DE LOS ASTURES
MONTE MEDULIO O MONTE MEDION
LA INVESTIGACION
Parte 3ª



Dedicado a estudiar el tema, mi primer paso fue revisar la toponimia
Astur,
sobre todo las cercanas a las principales vias de comunicación de aquellos
tiempos, La Carisa y La Mesa, de la primera no he obtenido ningún resultado
sin embargo en la segunda , “eureka” el nombre de Medion me aparece como
una luz.



En cuanto a la cercania del mons medullio con el río Miño, casi todos los
historiadores coinciden con la teoria del Padre Sarmiento , en la cual apos-
taba por la confusión de los historiadores antiguos que al río Sil le llamaban
Miño y de todos es conocida la corta distancia entre el río Sil y el monte de
Medion
                                   
                                     

Mi segundo paso ya fué trasladarme al campo y visitar la zona y alli encontré
mi segunda sorpresa , un castro y una fortificacion en una cota algo superior
El castro de nombre La Cogollina (altitud 706 m)y catalogado por J.M. Gonzalez y estudiado muy parcialmente por Fanjul en el año 2007, esta es la descripcción que
de él nos hace

El segundo yacimiento objetivo de nuestros sondeos, fue el de la Cogollina (Fanjul,
2007a), un promontorio a modo de espolón, con menor visibilidad que la Garba, y anexo a las sierras ganaderas de Santa Ana. El castro, alargado, y con fuertes pendientes naturales en tres de sus cuatro vertientes, se defiende de forma artificial, primero con un conjunto de dos impresionantes fosos de más de diez metros de largo cada uno, con contrafoso central (Fig.
3). De este sistema multivallado, pasamos a un tercer foso, escondido por la pendiente del segundo foso, y que forma la base de una cabecera fortificada mediante un bastión, hoy arrasado casi por completo debido a la reutilización de sus bloques de piedra y a los pozos de saqueo de su interior. Un conjunto de terrazas rocosas, esteriles arqueologimente descienden hacia una alargada y estrecha terraza, protegida por una línea de muralla de módulos, dejando un espacio central, donde se situarían las viviendas. Pese a la superficialidad de los restos, un depósito de materiales de desecho, en la ranura de los módulos de la muralla, permitió documentar restos orgánicos y materiales de la última fase de su ocupación antes de su abandono, fechándose ésta por el C14, en el siglo IV a. C   


Sin embargo no nos hace ninguna mención, a la fortificación de La Cogolla (altitud 797 m)  que dista del castro apenas 300 m en linea recta. Los cántabros y astures escogieron para su defensa no un monte cualquiera, sino el mejor. El que mejores condiciones ofreciera para resistir el ataque de los romanos, y realmente pocos hay con las posibilidades que, para tal fin, ofrece la sierra del castro. En la mayor parte de su perímetro es inexpugnable, sobre todo por sus frentes oriental y occidental y en muchos tramos completamente inaccesible, siendo por los demás fácilmente defendible.
  


El carácter montañés de los pueblos del noroeste ibérico antes de la llegada de los romanos es reiteradamente señalado por Estrabón en su Geografía (III 154-156), tal y como puede advertirse claramente en la siguiente traducción, tomada de un texto del historiador de Amasia (BLÁZQUEZ
MARTÍNEZ, J.M., 1983, op.cit.):



"Entre los pueblos que habitan sobre el río Duero dicen que hay algunos que viven al modo lacónico, y usan de aceite, calientan sus recipientes con piedras enrojecidas al fuego, se bañan en agua fría y no hacen más que una comida, mesurada y sencilla. Todos estos habitantes de la montaña son sobrios: no beben sino agua, duermen en el suelo, y llevan cabellos largos al modo femenino, aunque para combatir se ciñen la frente con una banda. Comen principalmente carne de cabrón; a Ares sacrifican cabrones, y también cautivos y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctima, al uso griego, y por decirlo al modo de Píndaros, «inmolan todo un
centenar». Practican luchas gymnicas, hoplíticas e hípicas, ejercitándose para el pugilato, la carrera, las escaramuzas y las batallas campales. En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino de bellotas, que, secas y trituradas, se muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo. Beben «zythos», y el vino, que escasea, cuando lo obtienen se consume en seguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca. Comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según sus edades y dignidades; los alimentos se hacen circular de mano en mano; mientras beben, danzan los hombres al son de flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en
genuflexión.


En Bastetania las mujeres bailan también mezcladas con los hombres, unidos unos y otros por las manos. Los hombres van vestidos de negro, llevando la mayoría el «ságos», con el cual duermen en sus lechos de paja. Usan de vasos labrados en madera, como los celtas. Las mujeres llevan vestidos con adornos florales. En el interior, en lugar de moneda practican el intercambio de especies o dan pequeñas láminas de plata recortadas. A los criminales se les despeña, y a los parricidas se les lapida, sacándolos fuera de los límites de su patria o de su ciudad. Se casan al modo griego. Los enfermos, como se hacía en la Antigüedad entre los asirios,


se exponen en los caminos para ser curados por los que han sufrido la misma enfermedad. Antes de la expedición de Bruto, no tenían más que barcas de cuero para navegar por los estuarios y lagunas del país; pero hoy usan ya bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su uso aún es raro. Su sal es purpúrea, pero se hace blanca al molerla. Así viven estos montañeses, que, como dije, son los que habitan en el lado septentrional de Iberia; es decir, los galaicos, astures y cántabros, hasta los vascones y el Pirineo, todos los cuales tienen el mismo modo de vivir”.

“Astures, gens Hispaniae, vocati eo quod circa Asturam flumen, septi montibus sylvisque
crebiris inhabitent” (Astures, pueblo de Hispania, así llamados porque les rodea el río Astura,
habitan protegidos por sus frondosas selvas y montes). ISID, Orig, 9, 2, 112.
con mayores probabilidades de presentar ocupación a finales del siglo I a.C. del resto.




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